lunes, 26 de octubre de 2009

La Señora Thompson


Al inicio del año escolar una maestra, la señora Thompson, se encontraba frente a sus alumnos de quinto grado. Como la mayoría de los maestros, ella miró a los chicos y les dijo que a todos los quería por igual. pero era una gran mentira, porque en la fila de adelante se encontraba, hundido en su asiento, un niño llamado Jim Stoddard. La señora Thompson lo conócía desde el año anterior, cuando había observado que no jugaba con sus compañeros, que sus ropas estaban desaliñadas y que parecía siempre necesitar un baño. Con el paso del tiempo, la relación de la señora Thompson con Jim se volvió desagradable, hasta el punto que ella sentía gusto al marcar las tareas del niño con grandes tachones rojos y ponerle cero.


Un día, la escuela le pidió a la señora Thompson revisar los expedientes anteriores de los niños de su clase, y ella dejó el de Jim de último. Cuando lo revisó, se llevó una gran sorpresa. La maestra en el primer grado había escrito: "Es un niño brillante, con una sonrisa espontánea. Hace sus deberes limpiamente y tiene buenos modales; es un deleite estar cerca de él".


La maestra de segundo grado puso en su reporte: "Jim es un excelente alumno, apreciado por sus compañeros, pero tiene problemas debido a que su madre sufre una enfermedad incurable y su vida en casa debe ser una constante lucha". La maestra de tercer grado señaló: "La muerte de su madre ha sido dura para él. Trata de hacer su máximo esfuerzo pero su padre no muestra mucho interés, y su vida en casa le afectará pronto si no se toman algunas acciones". La maestra de cuarto escribió: "Jim es descuidado y no muestra interés en la esuela. No tiene muchos amigos y en ocasiones se duerme en clase".


La señora Thompson se dio cuenta del problema y se sintió apenada consigo misma. se sintió aún peor cuando, al llegar la Navidad, todos los alumnos le llevaron sus regalos envueltos en papeles brillantes y con preciosos listones, exceptop Jim: el suyo estaba torpemente envuelto en el tosco papel marrón de las bolsas de supermercado.


Algunos niños comenzaron a reir cuando ella sacó de esa envoltura un brazalete de piedras al que le faltaban algunas, y la cuarta parte de un frasco de perfume. Pero ella minimizo las risas al exclamar: "¡Qué brazalte tan bonito!", mientras se lo ponía y rociaba un poco de perfume en su muñeca. Jim Stoddard se quedó ese día después de clases sólo para decir: "señora Thompson hoy usted olió como mi mama olía".


Despues de que los niños se fueron, ella lloró por largo tiempo. Desde ese día renunció a enseñar sólo lectura, escritura y aritmética, y comenzó a enseñar valores, sentimientos y principios. Le dedicó especial atención a Jim. A medida que trabajaba con él, la mente del niño parecía volver a la vida; mientras más lo motivaba, mejor respondía. al final del año, se había convertido en uno de los más listos de la clase.


A pesar de su mentira de que los queriá a todos por igual, la señora Thompson apreciaba especialmente a Jim. Un año después, ella encontró debajo de la puerta del salón una nota en la cual el niño le decía que era la mejor maestra que había tenido en su vida. Pasarón seis años antes de que recibiera otra nota de Jim, le contaba que había terminado la secundaria, obteniendo el tercer lugar en su clase, y que ella seguía siendo la mejor maestra que había tenido en su vida.


Cuatro años después y llegó otra carta; esta vez Jim le contaba que, después de haber recibido su titulo universitario, había decidod ir un poco más allá. Le reiteró que ella era la mejor maestra que había tenido en su vida. Ahora su nombre era más largo; La carta estaba firmada por el doctor James F. Stoddard, M.B.


El tiempo siguió en marcha. En una carta posterior, Jim le decía a la señora Thompson que había conocido a una hica y que se iba a casar. Le explicó que su padre había muerto hacía dos años y se preguntaba si ella accedería a sentarse en el lugar que normalmente está reservado para la mamá del novio. Por supuesto, ella aceptó. para el día de la boda, usó aquel viejo brazalete con varias piedras faltantes, y se aseguró de comprar el mismo perfume que le recordaba a Jim a su mamá. Se abrazarón, y el doctor Stoddard susurró al oído de su antigua maestra: "Gracias por creer en mí. Gracias por hacerme sentir importante y por enseñarme que yo podía hacer a diferencia. La señora Thompson con lágrimas en los ojos, le contestó: "Estás equivocado, Jim. Fuiste tú quién me enseñó que yo podía hacer la diferencia. No sabía enseñar hasta que te conocí.


Las experiencias (gratas y desagradables) que tenemos a lo largo de nuestras vidas marcan lo que somos en la actualidad. No juzgue a las personas sin saber que hay detrás de ellas, deles siempre una oportunidad de cambiar su vida.


Espero que ahora estes MEDITANDO en ello...

5 comentarios:

  1. Hola mis chicos de Lenguaje y comunicación, espero que en este 2do corte exploten más su creatividad al redactar, espero también les guste esta nueva entrada y aparte de realizar su ensayo personal puedan dejarme algún comentario por aquí, saluditos. Jess!!!

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  2. 1ero como siempre prof, interesante tema

    DarkLegion :)

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  3. Mu gustó mucho profe, es algo triste, pero muy bueno que todo eso cambió al final...

    XD=Equis Dé
    CesarManX5/César Ríos

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  4. Hola Hector y Cesar, me algero que les haya gustado, aun no he leido sus ensayos pero deben ser muy interesantes como los anteriores... realmente me agrada que puedan expresarse de esa manera por medio de la escritura. saludos, Jess.

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  5. SU TEMA CENTRAL COMO PODRIA SER
    DE LA LECTURA DE LA SEÑORA THOMPSON

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